dilluns, 25 de març del 2013

Jorge Bucay

Había una vez, un campesino gordo y feo, que se había enamorado (¿Cómo no?) de una princesa rubia y hermosa....

Un día, la princesa (vaya usted a saber por qué), dio un beso al gordo y feo campesino y, mágicamente, éste se transformó en un esbelto y apuesto príncipe.

(Al menos, así lo veía ella...)
(Al menos, así se sentía él....)

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